Los tres grandes enemigos de mi padre – Carlos I continuaron siendo también los míos.
FRANCIA
Uno de ellos fue Francia. No me gustaba que los franceses apoyaron a los rebeldes flamencos. Pero nuestra rivalidad quedó momentáneamente cerrada con la batalla de San Quintín que ocurrió el 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo, y con la de Gravelinas (1558).Un ańo después de la última guerra, en 1559, firmamos con Francia la Paz de Cateau-Cambrésis. En esa paz Francia reconoció la supremacía hispánica, nuestros intereses en Italia se vieron favorecidos y también pactamos mi matrimonio con Isabel de Valois.
IMPERIO OTOMANO
En 1570, después de unos años de tranquilidad, los turcos iniciaron una expansión atacando varios puertos venecianos del Mediterráneo Oriental, conquistaron Chipre a Venecia con 300 naves y pusieron sitio a Nicosia. ¡Otra vez amenazaron diversos territorios de mi país! Pues los países católicos – Venecia, papado y Espańa formamos una coalición conocida como Liga Santa, para luchar con los Otomanos. El 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la gran batalla de Lepanto, que fue nuestra GRAN VICTORIA. La victoria supuso el final de la amenaza Otomana en el Mediterráneo central y occidental.
INGLATERRA
Mi mayor enemigo fue Inglaterra. Luchábamos por el apoyo que ofrecían a los rebeldes flamencos y por los problemas que suponían los corsarios ingleses que robaban la mercancía americana a los galeones españoles en la zona del Caribe a partir de 1560. A este problema se sumó el religioso con la adopción de la religión anglicana por parte de la reina Isabel. Yo, como soy católico apoyaba a María Estuardo. En el ańo 1588 decidí mandar mi gran flota, llamada la “Armada Invencible” o “La Grande y Felicísima Armada”, a la toma de Inglaterra. ¡Desdicha da tormenta! Mis galeones, menos rápidos y manejables que los barcos ingleses fueron totalmente derrotados. Fue también la culpa del tiempo, que era horrible. Fue mi mayor fracaso... en ese momento dije "No he enviado a mi flota a luchar contra los elementos." Esa perdida me debilitó en Francia y los Países Bajos.
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